Sueño: Un lugar desconocido
El lugar era desconocido, fascinante. La situación, para la inquietud. Federico no sabía si avanzar o detenerse. Si avanzaba tenía la posibilidad de descubrir cada rincón, pero al mismo tiempo tenía temor de avanzar hacia lo desconocido.
Finalmente decidió seguir adelante. Penetró en una especie de nube luminosa. Una música estridente hacía ese lugar más desconcertante aún. Siguió caminando por una especie de laberinto. De pronto reconoció a un niño, seguramente de su misma edad. Preguntó por su nombre; Mariano.
Aparentemente las mismas razones motivaron a ambos a estar en ese lugar. Continuaron juntos el camino. Más adelante encontraron a Victoria, una niña de su edad, y con ella prosiguieron la aventura.
En un recodo del camino aparecieron, sorpresivamente, figuras fantasmagóricas, desconocidas, amenazadoras. Se movían incesantemente en diferentes direcciones. Estaban al alcance de sus manos pero... no se animaron a tomarlas.
Eran de colores diversos y flotaban por el aire.
Sin siquiera rozarlas, avanzaron aún más por el laberinto y encontraron a Bautista, un nuevo compañero de viaje.
La música era cada vez más ensordecedora. Sintieron miedo, pensaron que no había sido una buena idea internarse en ese lugar. Cuando intentaron retirarse no encontraron la salida.
Como para ocupar su pensamiento en algo que no fuera el miedo, se concentraron en el intento de descubrir nuevas cosas. Se escuchó un sonido... agradable. Miraron hacia ese lugar y observaron figuras y formas familiares que se presentaron como un bálsamo ante tanto desconcierto, desconocimiento y soledad. Allí, en ese lugar, había dos niñas, Camila y Luisa. ¡Ya eran seis! Federico preguntó: "¿Qué será lo que nos reúne a todos aquí?" Casi simultáneamente con esta pregunta apareció un cartel. Estaba escrito de una manera extraña. Parecía un jeroglífico. Cuando descubrieron el significado de los símbolos, el mensaje quedó formado:
Si quieren encontrar la razón de todo lo que vieron, vivieron y sintieron tendrán que responder a las siguientes preguntas:
¿Qué los habrá impulsado a entrar?
¿Cómo pueden armar, entre todos, el "laberinto" de imágenes, formas, sonidos, movimientos, textos?
Si resuelven la incógnita, encontrarán la respuesta a sus preguntas.