Sueño: Una mirada profunda

La sala de exposición estaba iluminada. Su luz me tentó a entrar. Había muy poca gente, casi nadie. Según mis pocos conocimientos pictóricos y mi gusto personal, los cuadros eran buenos. Me llamó la atención uno en especial. Eran dos manos de dos personas distintas. Ambas tenían algo en sus palmas. Acaso representaban el dar y el recibir...

Me sentí fuertemente atraído por la imagen, la observé durante largo rato y, de pronto, algo realmente inesperado sucedió. Fue como si las manos tuvieran dueños, con movimiento y voz. Yo miraba y escuchaba asombrado y confundido por lo que me estaba pasando... Tenía sensaciones que me desconcertaban ¿Todo eso era real? ¿Con quién lo podía compartir?

Participar de esa situación me ayudó a descubrir hechos y actitudes en los otros que no había comprendido antes. Esas manos y lo que ellas contenían y trasmitían se transformaron para mí en una fuente de inspiración y aprendizaje.

Enseguida sentí que alguien me tocó y desvié la mirada hacia ese lado. Había una persona que intentaba, seguramente, sacarme de mi ensoñación. Tomé conciencia de donde estaba. Cada vez había más gente. Volví la mirada al cuadro y las manos estaban nuevamente solas, en la tela...